La eficiencia energética se ha convertido en una prioridad tanto para propietarios como para comunidades de vecinos.
Dentro de las reformas con mayor impacto, la rehabilitación de fachadas se posiciona como una de las más eficaces, puesto que no solo mejora el aislamiento térmico y acústico de los edificios, sino que también representa un importante ahorro económico a medio y largo plazo.
Entre los materiales más recomendados para este tipo de intervención, destaca el corcho en placa, una solución natural y sostenible que combina propiedades aislantes excepcionales con una instalación sencilla.
Los edificios construidos antes de los años 80 suelen carecer de aislamiento térmico adecuado, lo que significa que sufren grandes pérdidas energéticas. El 30-40% del calor o del frío que se introduce en una vivienda se pierde a través de muros exteriores, ventanas y techos.
Al reformar energéticamente la fachada, se reducen drásticamente estas pérdidas, mejorando el confort interior y disminuyendo la dependencia de sistemas de climatización.
Además, desde el punto de vista legal, las nuevas normativas europeas y nacionales (como el Código Técnico de la Edificación en España) exigen un mejor comportamiento térmico de los inmuebles.
Realizar este tipo de reforma no solo ayuda a cumplir con las leyes actuales, sino que también revaloriza el inmueble y permite acceder a subvenciones públicas, como los fondos Next Generation.
Al hablar de reforma energética de fachadas, hay 5 métodos principales para aplicar el aislamiento, te los explicamos:
Es una de las soluciones más utilizadas en la rehabilitación de fachadas. Consiste en colocar paneles aislantes directamente sobre la fachada existente, y cubrirlos con una capa de mortero y acabado decorativo.
Es ideal para rehabilitaciones porque mejora el aislamiento sin reducir el espacio interior de las viviendas.
Utiliza una cámara de aire entre el muro portante y el revestimiento exterior, lo que permite una mejor ventilación natural y un mayor control de la humedad. Combinada con aislantes como el corcho, es una de las soluciones más eficientes.
Se aplica principalmente en construcciones que ya tienen una cámara de aire entre tabiques. En este espacio se inyecta un material aislante (como celulosa, lana mineral o espuma), mejorando el rendimiento sin obras visibles exteriores.
Las ventanas juegan un papel fundamental en la eficiencia energética de una fachada, ya que son puntos sensibles de intercambio térmico entre el interior del edificio y el entorno exterior.
Para mejorar su rendimiento, es recomendable optar por acristalamientos dobles o triples, junto con marcos que incorporen rotura de puente térmico, lo que reduce significativamente la transmisión de calor o frío.

Asimismo, elegir las ventanas adecuadas no solo refuerza el aislamiento, sino que también favorece la entrada de luz natural y una ventilación eficiente, dos factores esenciales para el bienestar y la salud dentro del hogar.
El aislamiento térmico interior se basa en la colocación de materiales aislantes en las paredes internas del edificio, cubiertos posteriormente con el revestimiento apropiado.
Aunque esta solución puede implicar una ligera reducción del espacio habitable, resulta especialmente útil en casos donde no es posible intervenir sobre la fachada exterior, como en edificios protegidos o con limitaciones urbanísticas.
Uno de los factores clave que impulsan a muchos propietarios a reformar sus fachadas es el ahorro en consumo energético. Las viviendas rehabilitadas energéticamente pueden reducir su gasto en calefacción y refrigeración entre un 30% y un 60%.
Este ahorro es especialmente notable en climas extremos, donde la climatización supone un alto porcentaje del gasto doméstico.
Antes de abordar una reforma energética de fachada, es recomendable contar con un estudio técnico que evalúe el estado actual del edificio y las posibles soluciones adaptadas. Algunos puntos clave a tener en cuenta son los siguientes:
La reforma energética de fachadas no es solo una tendencia, sino una necesidad en el contexto actual de eficiencia, sostenibilidad y ahorro.
Apostar por sistemas de aislamiento adecuados y materiales duraderos como el corcho en placa es dar un paso firme hacia un hogar más confortable, responsable con el medio ambiente y revalorizado en el mercado inmobiliario.
Optar por materiales naturales y sistemas eficientes no solo transforma la estética del edificio, sino que mejora la calidad de vida de quienes lo habitan. Y lo mejor de todo: los beneficios se notan desde el primer día, tanto en confort como en la factura energética.
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