La empresa reafirma su compromiso con la sostenibilidad como eje estratégico de su innovación en carpintería exterior.
En un momento clave para la arquitectura sostenible, Torinco se posiciona como un partner estratégico para quienes apuestan por construir con conciencia. Especializada en carpintería exterior de madera, la compañía combina la artesanía con la innovación, ofreciendo soluciones que respetan el patrimonio y reducen el impacto ambiental. Su trayectoria la ha consolidado como un referente nacional, tanto en rehabilitación arquitectónica como en proyectos contemporáneos que integran, desde la raíz, diseño, eficiencia y sostenibilidad.
“La madera es el único material de construcción renovable por naturaleza. Los árboles, mientras crecen, absorben dióxido de carbono de la atmósfera y lo almacenan. Así que, cuando usamos madera en nuestras ventanas, estamos literalmente guardando ese carbono y evitando que vuelva a la atmósfera”, explica Antonio Torrero, CTO de Torinco.
El compromiso de Torinco con el entorno se traduce en hechos: la empresa cuenta con el sello PEFC de cadena de custodia que certifica al cliente que la madera procede de bosques sostenibles. También emplean barnices al agua libres de disolventes y, buena parte de la energía utilizada en fábrica, proviene de placas solares. Además, evalúan el ciclo de vida de sus productos y priorizan proveedores alineados con sus valores medioambientales.
“Cada decisión en el proceso de fabricación busca reducir el impacto ambiental sin comprometer el diseño ni la calidad. La sostenibilidad no es una moda para nosotros: es una forma de trabajar”, afirma Torrero.
Torinco fue la primera empresa a nivel mundial en certificar una ventana de madera para clima cálido bajo el estándar Passive House. Su dominio técnico permite desarrollar cerramientos que combinan altas prestaciones térmicas y acústicas con una estética cuidada, contribuyendo así a reducir la demanda energética de los edificios y a elevar el confort de sus usuarios.
Actualmente, la empresa trabaja en la implementación de su propia Declaración Ambiental de Producto (DAP), una herramienta que permitirá reforzar la trazabilidad sostenible de cada componente y aportar más transparencia a arquitectos y promotores comprometidos con sellos ambientales como LEED o BREEAM.
La apuesta de Torinco no se limita al origen del material. También persigue prolongar al máximo la vida útil de sus productos: “Una ventana de madera bien mantenida puede acompañarnos toda la vida. Basta con cuidarla como se cuida la piel: limpieza y rehidratación periódica. Y, en cualquier caso, siempre se puede restaurar fácilmente con un coste energético mínimo”, afirma Torrero.
En Torinco, sostenibilidad e innovación van de la mano. Su equipo trabaja cada día para ofrecer soluciones personalizadas que responden a los retos del presente y anticipan las demandas del futuro. “No buscamos solo fabricar ventanas: queremos aportar valor a los proyectos, al entorno y a las personas”, concluye Antonio Torrero.
Puedes consultar aquí la entrevista a Antonio Torrero, CTO de Torinco.
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